«Ninguna reforma de la privacidad en la UE, ninguna revisión de los acuerdos “Safe Harbour”, ni un ”Schengen Routing” ni un proyecto de herramienta de búsqueda europea, con un presupuesto de todos los miles de millones que se desee, nos protegerán contra las redes que operan dentro de Europa con el beneplácito de nuestros propios gobiernos. El enemigo no son los Estados Unidos ni la nsa ni Google —el enemigo está echado en nuestra cama y se parte de la risa pues conoce nuestra intención de acurrucarnos a su lado—.

El objetivo último es un internet europeo renacionalizado e insular, que más adelante pueda ser regulado, por fin, con controles fronterizos, medidas de retención de datos, y un cuerpo policial automatizado. Sin duda todo esto podría quedar sujeto a mayores niveles de vigilancia, lo que encajaría al dedillo con la narrativa de la carrera armamentística de la inteligencia internacional. ¿Es esto lo que pretendía Edward Snowden?»-